Para llegar a ser un docente innovador, lo primero que se
debería hacer es conocer, investigar sobre el mundo actual y las nuevas
tecnologías. Muchos docentes (sobre todo los más veteranos) piensan que la
tecnología en los adolescentes solo se basa en el uso de las redes sociales
simplemente para su propia diversión, pero, en realidad, va mucho más allá. Las
redes sociales son un gran campo que se puede aprovechar para la enseñanza
dinámica e innovadora. Por ejemplo, podría hacerse un trabajo conjunto en el
que intervengan el Departamento de Inglés junto con las TICS. Este proyecto,
podría consistir en que estos dos departamentos descubran todas las herramientas
con las que se puede trabajar en una red social (por ejemplo, Instagram) y
utilizarlas para que los alumnos puedan llegar a crear una historia (en este
caso, en inglés) a través de esta red social, utilizando tanto las fotos como
el texto y potenciando la creatividad con los efectos y filtros que ofrece.
Así, nuestros alumnos trabajarían la destreza escrita en lengua inglesa desde
una red social que, para los adolescentes, es imprescindible en su día a día,
potenciando su interés por el inglés y también, incrementando su motivación, en
este caso.
Como medida innovadora fuera del ámbito digital, el docente
puede crear un “Hospital de Palabras” (Words Hospital) para que los
fallos que cometan los alumnos se apunten en este “hospital” con su forma
correcta al lado. Cuando el alumno ya no comete más dicho fallo, el propio
estudiante se encargará de retirar la palabra del Words Hospital, ya que
la palabra ha sido “curada”.
Estos solo son dos de los infinitos ejemplos que se podrían
desarrollar, solo hace falta tener ganas de innovar e imaginación, ya que
existen muchos materiales que los profesores pueden utilizar de manera
divertida y eficaz y, como se puede observar, no toda la innovación necesita de
tecnología.
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